Siento antes de escribir...

Hoy es un día de esos en los que la melancolía llama a la puerta de mi cuarto, recordando esas cosas buenas que algunos llaman pecados, y una risa de niña traviesa me recuerda el último beso que regale por placer.
Aquí inmersa en esta soledad que me da de las 9 a las 11 de la noche, que muchas veces mitígo con el sueño, hoy no y no pregunten por qué simplemente hoy no fue uno de esos días.
Hasta hoy pensé que había una sola cosa que no tenía sentido... la semiótica, pero este día dí una exposición acerca de esa disciplina, y al saber que mis compañeros de clase entendieron gracias a mí, otro bulto sobre mi espalda se iba,
Pero queda el más importante o el más estúpido y yo que presumo de esta inteligencia innata que me caracteriza no encuentro la razón ni la explicación a lo que ronda por mi mente...la inspiración.
Sentir, eso es, esa es la explicación a la definición de inspiración. No, no... vivir, vivir para escribir, para narrar, para pintar, para cantar; Bob Marley, el Gabo, Sabina, de donde sacaron tanto,¿del pasado?,¿del presente? ¿Incluso de futuro?

Lo cierto es que hoy me toca entre otras cosas hacer una película de mi propia vida, cargar el peso de las palabras que dije, entristecerme por saber que la vida no es una fiesta que dure para siempre, hoy que tengo el descaro de estar conciente de lo que soy, tengo ganas de introducirme en el agujero oscuro de la mujer como en mis principios prenatales y escuchar sus latidos, su voz y la voz de mi padre al recordarle que la amaba y que me esperaba...

Pero yo no quería salir me sentía más dichosa que nunca...
Volver al pasado es abrirle la puerta a la nostalgia para algunos, para mi es saber quien soy y elevar, si se puede, esta autoestima que noches de neblina en Coatepec presionan contra el suelo-

¿Compartir mis vivencias?, lo hice alguna vez y no se si fue buena idea, lo cierto es que soy el efecto de lo que fui con sus desavenencias con toda su historia, su histeria, con los besos que quedaron empotrados sin dar en alguna almohada con los “te amo” que no dije, con la desventura de los efectos que no mostré y con esta computadora de 10 mil pesos que nunca ha publicado un libro.

Hoy siento que es hora de liberar del encarcelamiento a los días que fueron, debo ser sincera y mencionar que no todo esta dicho dejo algo para mi y que el recoveco de los secretos que por obligación cada mortal debe guardar para sí, esos... esos son míos los otros los liberé y seguramente las palabra a lo largo de esta conversación saldrán al aire...